Glyndebourne Festival. Este es un Festival perfecto a la inglesa: en el campo y con una sala con premio de diseño. Hay dos formas de llegar: alojándose en un hotel cerca (a varios kilómetros) con transfers o desde London en tren de Victoria Station hasta Lewis y en Lewis hay un bus especial que nos lleva (y nos trae) a Glyndebourne. El Festival está muy bien organizado, con posibilidades de, en las pausas de las óperas, tener un pic-nic preparado, con mesa y sillas en el campo. El casting no es “especial” pero durante meses están ensayando para que todo esté perfecto. Al menos, una vez, hay que ir a Glybdebourne !!!! Es una experencia muy interesante.
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Savonlinnan (Finlandia) este Festival, al aire libre, se celebra todos los años, está situado fuera de un centro habitado, en el campo, por lo que hay que desplazarse para cada representación.
Pesaro – Rossini Opera Festival – Ciudad pequeña, junto al mar con playas familiares. Muy cerca de Urbino, el Palazzo Ducale, la casa natal de Raffaello y la Galleria Nazionale de le Marche, donde se encuentran muy interesantes pinturas.
El Teatro Regio – Visitaremos el Duomo y caminaremos hasta la Piazza S.Carlo y Palazzo Madama. Una parada para el almuerzo en Vintage 1997, y el domingo el brunch en Del Cambio.
La ciudad está separada por un lago, la parte antigua, donde esta la sala de conciertos KKL Lucern (Centro Cultural de Lucerne) del arquitecto Jean Nouvel, en la otra orilla se encuentan los grandes hoteles. Recomendamos dar un paseo en barco por el lago con parada para almuerzo…. Y sobre todo disfrutar de la música.
Torre di Lago, pequeña ciudad, como su nombre indica, con lago, restaurante Da Cecco sobre el lago. Todo sobre Puccini.
Verona, un paseo por la ciudad, sin prisas, estamos de vacaciones!!! Una cena después de la ópera en Il Desco (* * Michelin) recomendamos reservar, o en Osteria la Fontanina (* Michelin) con un ambiente íntimo objetos antiguos y los olores de las especias…..Recomendamos una excursión al Lago di Garda.
El concierto de abono de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC), centrado mayormente en un programa de músicas descriptivas de inspiración más o menos española, brindó la oportunidad de escuchar por primera vez al frente de la OBC a Ramón Tebar (1978) un, aún joven, director valenciano que ha desarrollado buena parte de su carrera en Estados Unidos y que, a la luz de su capacidad para desenvolverse con eficacia ante músicas muy diferentes con una dirección siempre equilibrada, segura, completa y atenta a los detalles, despertó la curiosidad por escucharle pronto ante otros repertorios.
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