Valentino viste a ‘La Traviata’

La alta costura elige el amor imperecedero de una cortesana. Valentino viste a Violetta Valéry. La moda y la ópera se fusionan en ‘La Traviata’. Verdi obra el milagro, Sofia Coppola lo ejecuta y el Palau de les Arts se presta a acoger el espectáculo sobre una escenografía creada por el británico Nathan Crowley, conocido por sus trabajos en las películas ‘Interestellar’ o ‘Batman Begins’. Escrito así puede resultar hasta natural o fácil, pero no. Lo sencillo sólo se consigue a base de esfuerzo, de entrega y de ilusión. Aunar voluntades resulta tan laborioso como mover montañas y la ópera, a veces, lo logra.

El vestuario de ‘La Traviata’, una nueva producción creada por Valentino Garavani y Giancarlo Giammetti con la Ópera de Roma, viajó a Valencia a principios de año. El modisto italiano diseñó los cuatro vestidos de Violetta, mientras que Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli, directores creativos de Valentino, se encargaron del vestuario de la Flora Bervoix. Desde que la alta costura llegó a a Les Arts, el equipo de sastrería del coliseo, liderado por Ana Armiñana, se entrega con delicadeza a adecuarlo a las siluetas de las intérpretes que encarnarán a Violetta (Marina Rebeka y Tina Gorina) y a Flora (Anna Bychkova).

En el caso del tratamiento de Les Arts a las piezas de alta costura del modisto italiano, la expresión «entre alfileres» es literal. El cuidado es máximo. Así, cada uno de los cuatro diseños de Valentino, que corresponden a ocho vestidos, son transportados en un carro y se cubren de un forro para evitar cualquier tipo de rozadura. Lo habitual en un vestuario operístico es que las piezas se agrupen en un carro y estén al descubierto. Los maniquíes que soportan las creaciones de Valentino están situados sobre una tela para evitar el contacto con el suelo. El camerino donde se guardan está cerrado y es de acceso reservado. ¿Más precauciones? En la manipulación de los vestidos de Violetta y Flora no se emplean imperdibles, como es habitual en sastrería, sino alfileres. El equipo de este departamento de Les Arts trabaja con suma delicadeza, como si se tratara de piezas frágiles. No obstante, es la primera vez que la alta costura entra en el coliseo. Nunca antes hubo un Valentino o un diseñador de su altura dando empaque a una ópera.

El resultado, además de horas y horas de trabajo, se apreciará a partir del 9 de febrero, fecha del estreno de ‘La Traviata’ en Les Arts. Hasta ese día, los trabajadores de sastrería disfrutan en secreto del lujo de manipular un Valentino. Hacen fotografías a los vestidos, pero no deben difundirlas. Disfrutan haciendo arreglos a los corpiños de seda tejidos a mano, pero echan horas y horas para ajustarlos a los cuerpos de las cantantes. La alta costura nada tiene que ver con la confección habitual del teatro, que exige arreglos sencillos. En cualquier caso, los retoques para el vestuario que se subirá a la sala Principal se han limitado a descoser costuras de los cuerpos y a subir el bajo dado que les Arts comunicó las medidas de las intérpretes a la sastrería de la Ópera de Roma. Aún así, la jefa italiana de dicho departamento, Anna Biagiotti, está en Valencia para supervisar los arreglos. La alta costura no da puntada sin hilo. Eso sí, el vestido negro y cola azul de Violetta Valéry (abajo, a la izquierda) lucirá más. En la falda se han cosido a mano dos hileras de lentejuelas.

Primeras veces

‘La Traviata’, que se representará del 9 al 23 de febrero de 2017, supone el debut de Sofia Coppola en la dirección operística y el de Giammetti y Valentino en la producción lírica. Hay más estrenos. Es la primera vez que esta producción se presenta en España tras la ‘première’ en mayo de 2016. También es el primer ‘sold out’ de la etapa de David Livermore. Es un título programado bajo su mandato, es decir, no es herencia de su predecesora (como sucedió con las óperas de la décima temporada). La competencia de la programación 2016-2017 corresponde exclusivamente al intendente turinés.

El título es «una producción de lujo», tiene una factura económica de 1,8 millones, pero su contratación «se enmarca en el gasto medio de Les Arts en alquiler de una pieza, de entre 30.000 a 90.000 euros», detalló Livermore durante la presentación de la programación del coliseo el pasado mayo.

‘La Traviata’ en Valencia ya es un éxito. Lo es en tanto que desde hace tres meses se colgó el cartel de ‘no hay billetes’, como adelantó este periódico en diciembre. Nada beneficia más a la taquilla que la expectación. La curiosidad favorece a las ventas. ‘La Traviata’, de Verdi, bajo la dirección escénica de Sofia Coppola, con el diseño de Valentino, con la voz de Plácido Domingo (en el papel de Germont) y con Ramón Tebar al frente de la Orquesta de la Comunitat cumple los requisitos para generar interés en el público, sin distinciones.

La elección de Coppola para la dirección de esta pieza fue del propio Valentino después de haber visto la ‘Marie Antoinette’ firmada por la estadounidense en 2006 y que ganó el Oscar al mejor vestuario, diseñado por Milena Canonero. ‘La Traviata’, obra de Verdi basada en ‘La dama de las Camelias’, de Alejandro Dumas, se estrenó en 1853 en La Fenice, en Venecia, pero fue un gran fracaso debido a la elección de la protagonista. María Callas fue Violetta entre 1955 y repitió otras 16 veces. Montserrat Caballé la interpretó en 1967 y Renata Scotto en 1980. Violetta ha estado en teatros, estudios de grabación y en el cine. Franco Zeffirelli la dirigió en 1983 y lo hizo con Teresa Stratas y Plácido Domingo en los papeles principales.

‘La Traviata’ es una obra icónica y la cortesana Violetta Valéry, también. Les Arts lo sabe y se rinde ante ellas. Todo por la ópera.

Fuente: lasprovincias.es



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